Desde un tiempo venimos escuchando de la posibilidad de conseguir prendas hechas digitalmente y a medida para usar en espacios virtuales, como las redes sociales. Ninguno de estos artículos existe como prendas reales y tangibles. O sea no existen de manera física, sino únicamente en el mundo digital. Algunos de ellos son NFT. Otros son renderizados en 3D que puede comprar y editar con Photoshop en una imagen de su elección.
La unión entre tecnología y moda hacia una industria sustentable está expandiendo las fronteras ya conocidas de una industria que busca alternativas innovadoras para reducir y contrarrestar el impacto que tiene sobre el medioambiente.
La premisa que impone la ropa digital es clara: se trata de prendas que son diseñadas en 3D a medida sobre tu cuerpo, a partir de una fotografía que te hayas tomado. Así, podrás lucir (y presumir) tus prendas digitales en las redes sociales cuantas veces quieras, de la misma manera que lo haces con las prendas que compras en tiendas físicas.
El valor agregado de la ropa digital es diseñar prendas de texturas y volumen que estén fuera de la realidad, pero que a su vez, tengan un anclaje de terminaciones y estructura que acompañe al cuerpo.
Desde las plataformas Dress-X y The Fabricant, los mayores referentes de la moda digital, el concepto es el mismo: la creencia de que la ropa digital puede reducir el impacto medioambiental a través de prendas virtuales que, además, pueden dar rienda suelta a la imaginación y a la creación. Desde este punto de vista, la sola idea de tener prendas majestuosas que solo existan en la virtualidad, que sirvan solamente para expresarse en redes sociales y no tengan impacto alguno sobre el medioambiente parece bastante atractiva.
La moda digital también se refiere a varios otros métodos de interacción virtual con la ropa: desde las prendas digitales editadas con Photoshop mencionadas anteriormente, hasta los espacios interactivos en los que uno puede ingresar para buscar o comprar ropa. Aquí es donde llegamos al metaverso.
En el metaverso, varias formas de tecnologías AR (realidad aumentada) y XR (realidad extendida) nos permitirían acceder a todo un mundo paralelo al nuestro: uno por el que podríamos movernos en forma de avatar, cambiando sin problemas entre plataformas en un lugar en lugar de saltando de un sitio web a otro. Tal lugar definitivamente requeriría ropa.
Roblox, plataforma de juegos online, ha vendido más de mil millones de artículos de moda digital en 2022, y esa trayectoria no parece estar desacelerándose. De hecho, para su grupo demográfico clave de Gen Z, el interés en disfrazarse y personalizar avatares es mayor que nunca.
Christina Wootton, vicepresidenta de asociaciones globales de Roblox, dijo que las tendencias de la plataforma de juegos y el metaverso más amplio seguirán influyendo en las tendencias del mundo físico.
“La próxima generación de diseñadores de moda y marcas estará profundamente inmersa en la moda digital, vistiendo avatares, diseñando versiones digitales en 3D de sus colecciones y creando artículos exclusivos del metaverso”, dijo. “Con los consumidores Gen-Z pasando más tiempo en espacios inmersivos y aumentando cada vez más su poder económico e influencia en la moda, se espera que las tendencias del metaverso tengan un impacto profundo en la moda física, mientras que las tendencias del mundo físico también continuarán moviéndose hacia el metaverso.”
Se habla mucho de lo que esta nueva forma de vestir esta aportando para liberar a las personas de los confines del género y la belleza. También una diferencia valiosa es la libertad que se le da al diseñador a la hora de crear, ya que pueden llevar conceptos distintos utilizando formas y tamaños de una manera única e incluso desafiar las leyes de la física, como lo es la gravedad.
La posibilidad de ver la ropa en movimiento y tal vez incluso 'probársela' podría permitir un modelo más directo al consumidor: permitir que los clientes pidan artículos que luego son hechos según las especificaciones, en lugar de que las marcas tengan que adivinar cuánto venderán y luego terminen con un desperdicio significativo y existencias sin vender. Esto podría marcar el comienzo de una forma más reflexiva de comprar.
Aunque es cierto que muchas de estas modalidades virtuales aún les hace falta desarrollarse mejor y ser cada ve más cotidianas, resulta interesante ver como nos vamos adaptando como sociedad a estas dinámicas ligadas a la tecnología que estan acaparando todos los rasgos de un mundo que evoluciona y busca nuevas formas de expresión. Y tú, comprarías ropa virtual solo para usar en las redes sociales?dejanoslo saber en los comentarios y si te gusto este artículo compártelo.
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